Los quesos frescos

Los quesos frescos, también llamados quesos blancos, tienen un proceso de fabricación muy sencillo, consiste únicamente en cuajar y deshidratar la leche), en conservan gran parte del suero, no pasan por un proceso de maduración o refinado, y por ello deben ser consumidos frescos (de ahí su nombre). Se obtienen de leche pasteurizada, generalmente, de vaca, y, en algunas ocasiones de oveja o cabra.

Tienen un color blanco, una textura poco consistente, un sabor suave y no tienen corteza. Los procesos diferentes por los que pasan para eliminar el suero hacen del queso fresco un producto más digerible que la leche líquida.

En los mercados los encontraras en la zona de los frigoríficos, debido a que deben estar siempre en zona fría para no estropearse. Igual que ocurre con los yogures al comprarlos debe comprobarse su fecha de caducidad, y guardarlos en la nevera cuando lleguemos a casa.

Entre los quesos frescos mas conocidos se encuentran: el queso de Burgos (español), el mozzarella (italiano), el mascarpone(italiano), el feta (griego), el quark (alemán), pero la lista es interminable.

Los quesos frescos se pueden tomar solos acompañados de sal, azúcar, o algún otro condimento a gusto.

Los quesos frescos suelen acompañar a algunas ensaladas.

También se pueden emplear en la elaboración o acompañamiento de postres. El mascarpone italiano por ejemplo es empleado en la elaboración de numerosos dulces.

Aunque el queso fresco contiene menor cantidad de grasa que otros tipos de queso no quiere decir que no tengamos que ser moderados en su consumo.